Paso a paso: Cómo amamantar a un bebé

La lactancia materna es un gran regalo de la naturaleza y un aspecto universal de la maternidad. No solo proporciona una nutrición adecuada y personalizada para tu pequeña, sino que también es una excelente manera de formar vínculos emocionales con ella. Por eso es importante aprender cómo amamantar a tu bebé.

La leche materna tiene tantos beneficios que la Academia Americana de Pediatría, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas y muchas otras organizaciones recomiendan constantemente la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida de los bebés, y luego hasta los 24 meses de edad acompañada de alimentos complementarios.

Amamantar a tu bebé implica aprender una nueva habilidad, y eso requiere paciencia y práctica. Es posible que incluso debas esperar unos días antes de que se establezca tu producción de leche.  Así que no te preocupes si al principio no te sale leche, una vez que «baje» se activará la producción y tu suministro de leche aumentará.

¿Qué debo hacer para comenzar a amamantar?

Empieza por respirar profundamente y relajar tu cuerpo lo más posible para sentirte cómoda. Trata de que las cosas surjan espontáneamente, ya que eso promueve la relajación y ayuda a que tu bebé también se sienta tranquila. Elige la posición en la que desees amamantarla. Puedes estar sentada en una silla cómoda o en tu cama, siempre que mantengas la espalda recta y tú y tu bebé estén cómodas.

Hay diferentes formas de sostener a tu bebé para darle pecho, por ejemplo:

• Posición de cuna: Siéntate cómodamente, apoya la cabeza de tu bebé en el hueco de tu brazo y coloca todo su cuerpo frente a ti.
• Posición de cuna cruzada: Sostén a tu bebé con el brazo opuesto al pecho con el que la alimentarás y colócala frente a ti.
• Posición de fútbol americano: Carga a tu bebé como si fuera un balón de fútbol. Colócala debajo del brazo y sostén su cabeza con la mano.
• Posición reclinada: Acuéstate y usa la parte superior o inferior del brazo para acunar la cabeza de tu bebé contra tu pecho.

Cualquiera que sea la posición que elijas, asegúrate de que todo el cuerpo de tu bebé esté frente al tuyo.

Cómo amamantar a un bebé con éxito:

1. Acomódate en tu posición preferida con buen apoyo de pies, espalda y brazos.  Inclínate ligeramente hacia atrás para que tu cuerpo te ayude a cargar a tu bebé y no cargues todo su peso sobre tu antebrazo.
2. Acerca a tu bebé a tu seno y colócala paralela a tu areola (piel oscura alrededor del pezón) de modo que esté completamente frente a tu seno.
3. Asegúrate de que la nariz y la barbilla de tu bebé estén colocadas frente a la areola. Si lo deseas, aprieta tu seno para que tu bebé se prenda más fácilmente a la areola. Asimismo, puedes sujetar el pecho con la mano libre para darle soporte extra y evitar que tu bebé lo tire hacia abajo.
4. Cuando ella abra la boca, ayúdala a acercarse a tu seno para que pueda encontrar el camino hacia tu areola. Si no abre la boca, tócale suavemente los labios o la mejilla con el dedo o el pezón para despertar su reflejo de succión. Es importante asegurarte de que tu bebé se prenda correctamente para evitar que los pezones se sequen y se agrieten. Para asegurarte de que el agarre sea correcto, verifica que la boca de tu bebé se cierre alrededor de toda la areola y que el pezón apunte hacia su paladar.
5. Cuando tu bebé se prenda a tu pecho, comenzará a succionar. El flujo de la leche puede tardar entre 60 y 90 segundos en establecerse. En este momento, es posible que sientas algo de dolor, ya que la succión de un bebé es sorprendentemente fuerte. Sin embargo, el dolor inicial debería desaparecer después de los primeros minutos. Si sientes un dolor agudo mientras amamantas, detén la succión de tu bebé y vuelva a colocarla en posición. Para separar a tu bebé de tu pecho, espera a que deje de succionar y luego desliza un dedo entre sus labios y encías. ¡Asegúrate de no separar a tu bebé de tu pecho sin detener la succión, ya que es muy fuerte y puede lastimarte!
6. Tan pronto como tu bebé comience a recibir leche, comenzará la alimentación. Asegúrate de ofrecer ambos senos en cada toma, pero deja que tu bebé coma todo lo que quiera antes de ofrecerle el otro pecho. De esta forma te aseguras de que tu pequeña beba el contenido rico en grasa de la leche. Cuando veas que la succión ha disminuido y tu seno se siente más suave, retira a tu bebé, hazla eructar y dale el otro pecho. No te preocupes si ya no quiere comer, los bebés tienen una capacidad asombrosa para reconocer sus señales de hambre y saciedad. Solo recuerda alternar tus senos en cada toma para asegurarte de que ambos estén estimulados.

Si lograste dar pecho de forma exitosa, ¡enhorabuena! Si no es así, recuerda que se necesita práctica antes de dominar el arte de cómo amamantar a un bebé. No te sientas mal si aún no lo has logrado; la próxima vez, prueba diferentes posiciones para ver cuál te hace sentir más cómoda.

Si sigues batallando para amamantar incluso después de probar diferentes posiciones y practicar lo que te hemos indicado, no dudes en ponerte en contacto con tu médico o un asesor de lactancia.

Poder dar leche materna a tu bebé involucra aprender una nueva habilidad que requiere práctica y paciencia. A veces es necesario esperar unos días antes que se establezca la producción de leche.